La
democracia nació en Atenas entre los siglos VI y V antes de Cristo. Atenas fue
fundada por los jonios en el centro de Grecia. Esta zona llamada Ática era
pobre, con escasas cosechas, por lo que no fue de interés para los pueblos
invasores.
Atenas fue evolucionando desde el siglo VIII a. C. al V a. C. desde
una oligarquía (gobierno de pocos) hacia una democracia (gobierno del pueblo).
En un principio gobernaba un rey, que dirigía los asuntos políticos y
militares; asistido por el Areópago, consejo de nobles con amplios poderes
especialmente en la justicia. Estas instituciones sólo representaban los
intereses de las clases privilegiadas y esto provocaba constantes rebeliones
populares. Algunos nobles pensaron que era mejor ceder algo antes que perderlo
todo y encararon una serie de reformas. El primero fue Dracón, quien en 621 a.
C. elaboró el primer código de leyes escritas de Atenas. Otro miembro de la
nobleza, Solón realizó grandes reformas en el siglo VI a.C.: suprimió la
esclavitud por deudas, dividió a los ciudadanos atenienses en cuatro grupos según
su riqueza sin tener en cuenta su origen familiar y creó nuevas instituciones.
Finalmente
Clístenes, en el 510 a.C., le dio a Atenas su organización política definitiva:
el areópago, compuesto por tres miembros. El arcontado,
integrado por diez arcontes, que se dedicaban a funciones
administrativas y dirigían el ejército. El Consejo de la bulé o
de los 500, que redactaba las leyes, controlaba a los magistrados y se
encargaba de la política exterior. La Asamblea Popular o ekklesía,
integrada por todos los ciudadanos atenienses mayores de 20 años, es decir, los
propietarios, reunidos en el ágora proponían las leyes que una
vez redactadas por la bulé volvían a la Asamblea para su
aprobación. El tribunal de los heliastas estaba compuesto por 6.000
ciudadanos mayores de 30 años, duraba un año en su cargo y se encargaban de
administrar justicia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario